Ya está aquí un nuevo videoconsejo de la campaña “12 meses, 12 consejos” del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid. En el mes de octubre se abordan las claves para reducir los síntomas del linfedema, prevenir su aparición y detectar sus primeras señales.
El linfedema es una patología crónica progresiva que se presenta habitualmente fruto de la extirpación de ganglios y el tratamiento con radioterapia tras un cáncer de mama. Por ello, es fundamental someterse a un seguimiento y control médico; recibir tratamiento precoz con un fisioterapeuta especializado (con movilizaciones, tratamiento de cicatrices y drenaje linfático manual), e informar de cualquier tipo de cambio que se detecte (hinchazón, volumen, enrojecimiento, calor, entumecimiento u hormigueo).
Ejercicio terapéutico
La American Cancer Society, institución de referencia, recomienda el entrenamiento aeróbico y de fuerza durante al menos 150 minutos de intensidad moderada o 75 de intensidad vigorosa a la semana, así como el uso de pesas para fortalecer y tonificar los miembros superiores, a través de un programa de ejercicio progresivo. Esto es debido a que el ejercicio disminuye la incidencia de exacerbaciones, reduce los síntomas del linfedema y mejora la fuerza muscular del paciente.
Riesgo de linfedema
Asimismo, en el videoconsejo se destaca un estudio de la universidad de Harvard que realizó un seguimiento durante 24 meses a pacientes sometidas a tratamientos con cáncer de mama en riesgo de padecer linfedema. Esta investigación pone de manifiesto que todo paciente al que le hayan extirpado o radiado ganglios linfáticos tiene riesgo de padecer linfedema. Este riesgo se ve incrementado si la persona padece una infección en el lado operado o si el índice de masa corporal aumenta.
Por ello, los fisioterapeutas recuerdan que el control del peso y de las infecciones es fundamental en este tipo de casos. Asimismo, también es recomendable mantener una higiene e hidratación diaria, así como un ejercicio personalizado y seguro, que sea supervisado siempre por un profesional fisioterapeuta especializado.
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